Gremiales se preparan para un bloqueo nacional: La paciencia se agota y el país se encamina hacia una confrontación total con el gobierno de Luis Arce
Una masiva marcha en La Paz culmina con la decisión de activar un bloqueo nacional de carreteras a partir de septiembre, en respuesta a la escasez de dólares y la grave crisis económica que golpea a Bolivia.
Fecha: 19 de agosto de 2024
La Paz, Bolivia – La tensión en Bolivia está a punto de estallar. Los gremiales, hartos de la inacción y el desprecio del gobierno de Luis Arce, han decidido tomar medidas drásticas: un bloqueo nacional de carreteras programado para la primera semana de septiembre. Esta decisión, resultado de una masiva marcha en La Paz, refleja el profundo descontento que recorre el país, donde la falta de dólares, el aumento del costo de la canasta familiar, y la asfixiante presión fiscal han llevado a miles de bolivianos al borde del colapso.
El pasado lunes, la ciudad de La Paz fue testigo de una marcha multitudinaria organizada por la Confederación Nacional de Gremiales, donde se acordó convocar a un ampliado para definir los detalles de la medida. La protesta no es solo contra la escasez de dólares, sino también contra la traición de un gobierno que ha ignorado sistemáticamente las demandas de uno de los sectores más numerosos y sacrificados de Bolivia.
Mercedes Quisbert, dirigente de la Confederación Nacional de Gremiales, fue contundente al expresar la indignación de su sector: “No necesitamos que el Gobierno nos convoque, en las reuniones se presentan una abogada y una secretaria; no queremos ser más burla de este Gobierno”. Sus palabras reflejan el hartazgo de un pueblo que ha sido ignorado y ninguneado por un gobierno que parece más preocupado por mantener el poder que por resolver los problemas que asfixian a la economía nacional.
Los gremiales no están solos en esta lucha. El 21 de agosto, se reunirán en Santa Cruz con representantes de otros sectores clave, como salud, transporte y magisterio, para conformar una alianza multisectorial. Esta coalición podría desencadenar una movilización masiva y sin precedentes, que pondría en jaque al gobierno de Arce, cada vez más aislado y cuestionado por su incapacidad para gestionar la crisis.
La ausencia de los gremiales en las mesas de diálogo con el gobierno y los empresarios solo ha incrementado la ira del sector. “La falta de dólares, el alza de la canasta familiar, el tema de Aduanas, el tema de los Impuestos, es lo que realmente nos preocupa”, señaló Quisbert, evidenciando que el malestar va más allá de la simple escasez de divisas y abarca una serie de problemas estructurales que el gobierno ha sido incapaz de resolver.
El clima de confrontación se agrava día a día, y la posibilidad de un bloqueo nacional podría paralizar al país, generando un caos económico y social de proporciones impredecibles. La población, cada vez más afectada por la crisis, podría sumarse a estas protestas, intensificando la presión sobre un gobierno que ya enfrenta una creciente oposición en todos los frentes.
Luis Arce, que en un momento prometió ser el líder que sacaría a Bolivia de la crisis, se enfrenta ahora a un país al borde de la insurrección. La paciencia del pueblo boliviano se ha agotado, y el reloj avanza hacia un septiembre que podría marcar el inicio de un enfrentamiento directo entre el gobierno y sus ciudadanos.
¡El país está en pie de guerra, y el gobierno traidor de Lucho Arce debe prepararse para enfrentar las consecuencias de su negligencia!
(V.G.J.L.)