La Paz 09/12/2024
Mientras la extradición de Maximiliano Dávila, exjefe de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn), avanza sin resistencia, Bolivia enfrenta una doble amenaza: la creciente subordinación a intereses extranjeros y la alarmante pasividad de un pueblo que, sumido en preocupaciones económicas, parece haber sido silenciado.
El Gobierno de Bolivia, en coordinación con Estados Unidos, ha concluido los trámites legales para entregar a Dávila, en una decisión que muchos ven como una concesión de soberanía. Según el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, el proceso solo depende de la llegada de un avión estadounidense para concretar el traslado.
Soberanía Bajo Ataque: Una Extradición que Divide al País
El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) autorizó la extradición de Dávila el 27 de noviembre, invocando el tratado de extradición entre Bolivia y Estados Unidos. Sin embargo, líderes sociales y políticos críticos han denunciado esta acción como un atentado contra la soberanía judicial del país, señalando que someter a un ciudadano boliviano a la justicia de otro país refleja la pérdida de independencia frente a poderes externos.
En Bolivia, Dávila enfrenta acusaciones por legitimación de ganancias ilícitas, pero su extradición parece priorizar los cargos de asociación delictuosa para la importación de sustancias controladas y manejo de armas en Estados Unidos, donde podría recibir hasta cadena perpetua. La narrativa impuesta desde el extranjero busca minimizar los procesos pendientes en territorio nacional, poniendo en evidencia el control externo sobre asuntos internos.
Un Pueblo Adormecido por la Crisis Económica
Lo más preocupante no es solo la acción del Gobierno, sino la apatía que parece dominar al pueblo boliviano. La atención de la ciudadanía está desviada hacia la angustiante crisis económica, donde la canasta familiar se ha disparado y las familias apenas pueden planificar las festividades de fin de año. La precariedad económica ha adormecido la indignación nacional, desviando la mirada de las amenazas contra la soberanía y la democracia.
Un Plan para Desacreditar a Evo Morales
Esta extradición no es un acto aislado. Analistas han advertido que el verdadero objetivo es involucrar al expresidente Evo Morales en tramas de narcotráfico, debilitando su imagen y su capacidad para postularse en las elecciones de 2025. La estrategia es clara: construir un caso político utilizando a Dávila como herramienta para afectar al líder más influyente del país, sembrando dudas sobre su entorno y su gestión.
La Crisis de la Dignidad Nacional
La extradición de Dávila, más allá de los aspectos legales, representa una crisis de dignidad nacional. ¿Cómo puede Bolivia aceptar que otro país dicte el destino de sus ciudadanos mientras sus propios procesos judiciales son ignorados? ¿Cómo puede el pueblo permanecer inmóvil mientras se pisotea la soberanía que tanto costó recuperar?
La pasividad de la población, distraída por problemas económicos, refleja un país atrapado entre la opresión externa y las necesidades básicas insatisfechas. “Estamos perdiendo nuestra soberanía mientras discutimos cómo sobrevivir al fin de año,” afirmó un líder campesino.
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