¡URGENTE! Gobierno de Luis Arce Detiene a Líder Social Humberto Claros en Quillacollo: Crece la Indignación Popular y la Exigencia de Renuncia de Arce y Choquehuanca
Este jueves, 13 de noviembre de 2024, Bolivia se despierta con una nueva arremetida del gobierno de Luis Arce Catacora contra los líderes sociales que representan a la base del pueblo boliviano. A las 11:15 de la mañana, en el municipio de Quillacollo, Cochabamba, fue detenido Humberto Claros, líder reconocido del movimiento campesino e indígena, por órdenes directas del presidente Arce. Esta acción ha generado un estado de alerta máxima entre las organizaciones sociales, que ven en este acto una confirmación de la represión y persecución política que el gobierno está ejerciendo sobre quienes defienden los derechos de las comunidades originarias.
El llamado a la resistencia no se ha hecho esperar. Desde diversos sectores, incluyendo el Pacto de Unidad, el Estado Mayor del Pueblo y los movimientos campesinos indígenas originarios, se alzan voces exigiendo la liberación inmediata de Humberto Claros. La demanda es clara: si en 24 horas no se ordena su liberación, las organizaciones sociales y políticas de Bolivia retomarán el bloqueo nacional de caminos con el 100% de sus bases, y bajo una consigna unificada y contundente: la renuncia de Luis Arce y David Choquehuanca.
Para muchos, este gobierno se ha convertido en el peor masacrador del pueblo, utilizando métodos de represión y persecución propios de una dictadura. La detención de Humberto Claros es vista como un acto de intimidación y castigo hacia quienes se oponen a un régimen cada vez más autoritario y desconectado de las necesidades del pueblo. Los movimientos sociales advierten que esta situación ya no se puede tolerar, y que la libertad de sus líderes y la dignidad del pueblo boliviano no son negociables.
Bolivia se enfrenta a una crisis sin precedentes, donde la represión, la falta de respuestas a la crisis económica, la escasez de combustible, y el alto costo de la vida han desgastado a la población. La detención de Claros es la gota que ha colmado el vaso, y las bases están decididas a no retroceder en su lucha por justicia y dignidad.
El mundo debe saber lo que ocurre en Bolivia. Este gobierno no solo ha traicionado la confianza de su pueblo, sino que también ha optado por una vía de represión que pretende callar las voces de quienes exigen un país libre y justo. Bolivia se alza nuevamente, y la historia nos demuestra que la fuerza del pueblo es imparable.
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